martes, mayo 26

Se va de juerga con todo y cadáver

La familia de Tito Vásquez, quien falleció el sábado a mediodía, contrató los servicios de un cementerio ubicado a las afueras de Bogotá para embalsamarlo, velarlo y darle cristiana sepultura el domingo. Pero la carroza fúnebre con el cuerpo nunca llegó.

El empleado del cementerio y conductor del vehículo se fue a tomar cerveza con unos amigos, a quienes después se sumaron unas amigas y terminaron todos bebiendo en un motel, con el difunto a cuestas.

Doblemente desconsolados, por el duelo y porque la carroza con el cuerpo no aparecía, los dolientes dieron aviso a las autoridades, que localizaron el vehículo el domingo por la noche en el estacionamiento del motel, ubicado en el sur de Bogotá.

Tras develarse el misterio, el hijo del difunto contó el lunes a la radio local que el empleado del cementerio confesó, arrepentido, que había cometido un error.

"Le ganó el licor. Tomó y tomó con unos amigos, según él llegaron unas amigas después", narró Tito Vásquez, hijo del difunto.

Apenada, la representante legal de la funeraria lamentó lo ocurrido: "es un acto de irresponsabilidad con el que no estamos de acuerdo y estamos dispuestos a colaborar con la Fiscalía para que todo esto se aclare".

El cuerpo de Vásquez fue sometido a un examen adicional en el servicio médico forense para comprobar que estaba completo y que no había sido víctima, como se llegó a temer, de tráfico de órganos. Y el lunes, finalmente pudo descansar en paz en su última morada.

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